por Juan Carlos González
Yo soy el cuerpo de Jack. Yo soy la educación, yo soy el ideal. Yo soy la gimnasia, la música, la escultura, los oficios. Yo soy la política y las leyes, soy el equilibrio consumado, soy el pensamiento, la búsqueda de la areté, el hombre integral. Yo soy el individuo y la comunidad, el ciudadano virtuoso que conoce bien su posición e influencia en la pólis, participo directamente en los asuntos públicos, gobierno y soy gobernado. Yo soy el cuerpo de Jack, yo soy Jack, yo soy un cuerpo.
Yo soy el cuerpo de Jack. Yo soy un bloque de mármol en bruto que habrá de ser esculpido para no sentir dolor, frío, calor, hambre, sed, cansancio o miedo. Yo soy la mesura de mirada gacha, la austeridad heroica. Yo soy la lanza vencedora y silenciosa, la fortaleza lacónica. Yo soy el último en quedar en pie, siempre, debo serlo, yo soy el azote de Artemisa. Yo soy el cuerpo de Jack, yo soy Jack, yo soy un cuerpo.
Yo soy el cuerpo de Jack. Jack quiere ser sacrificado. Soy sumiso, soy una carga. Yo soy el esplendor del sufrimiento. Yo soy la gloria máxima del dolor. Yo soy un cuerpo grotesco, limitado por heridas autoinfligidas, desbordante de protuberancias. Yo soy el desecho de este mundo. Yo soy la prisión que debilita a Jack. Yo soy el desequilibrio de los humores. Yo soy el cadáver caminante marginado a la periferia de la historia. Mi función es dar lástima como una criatura zafia. Yo soy un abstemio de la vida. Yo soy el cuerpo de Jack, Jack tiene un cuerpo.
Yo soy el cuerpo de Jack. Yo soy la soberanía del bisturí y del pincel que se desplaza jubilosa por la carne y el lienzo. Yo soy la curiosidad que divide, separa, retira y vuelve a unir. Yo soy la anatomía y la fisiología, el dibujo preciso de las partes. Yo soy el cuerpo despojado de su piel. Yo soy el arte y la vida, yo soy la belleza de la perfección y la proporción. Yo soy un microcosmos, la totalidad de lo humano. Yo soy el nuevo mundo, el arquetipo a partir del cual se construye la realidad. Yo soy el cuerpo de Jack, Jack tiene un cuerpo.
Yo soy el cuerpo de Jack. Yo soy la velocidad y el dinamismo, el engrane minucioso y conveniente en la gran maquinaria del mundo. Yo soy la máquina y el maquinista con extremidades de ruedas y palancas. Yo soy el cuerpo fragmentado de la producción masiva. Yo soy la subjetividad que repta, cae, se recupera, baila. Yo soy el tiempo libre en el café. Yo soy el conflicto interno, el lenguaje íntimo, la expresión gestual propia, yo soy yo. Yo soy el cuerpo de Jack, Jack tiene un cuerpo.
Yo soy el cuerpo de Jack. Yo soy el éxito o el fracaso absolutos, yo soy una obsesión. Yo soy el marasmo camuflado en el sofá y el afán del cómputo calórico. Yo soy ante una pantalla. Yo soy el ocultamiento del deterioro, la extravagancia de plastilina inmortal. Yo soy la receta mágica de tez nívea. Yo soy lo que como y entre el ayuno y la voracidad todo cabe. Yo tengo poderes remotos de precisión dactilar. Yo soy la faena siempre inacabada, a la caza constante del nuevo traje del emperador. Yo soy el cuerpo de Jack, Jack tiene un cuerpo.
Yo soy el cuerpo de Jack. Yo soy la afirmación y la negación de la historia. Yo soy el mundo. Yo soy la prohibición y la permisión. Yo soy el desdén y el aprecio, el rango completo de valoraciones, un estado cuántico. Yo soy la visión del mundo. Yo soy el cuerpo de Jack.
¡Qué buen texto! Me encantó “ Yo soy lo que como y entre el ayuno y la voracidad todo cabe.”
Muchas gracias por tu comentario, Rolando, saludos!