Los vampiros forman parte de nuestro imaginario desde tiempos inmemoriales, han poblado culturas e historias durante muchísimo tiempo. Como seres de fantasía nos deleitan en novelas y películas; su atractivo y su poder de seducción, su trágica historia y el hecho de que habitan entre las sombras, los han convertido en el monstruo por excelencia. Sin embargo, también representan la dependencia total; el vampiro «vive» sólo por medio de su víctima, a quien despoja de su sangre, de su energía.
Estos seres de la literatura y el cine tienen parientes también en nuestro mundo. Los vampiros reales están por tdas partes. Si bien no consumen nuestra sangre, se apropian de nuestra energía y vivien sus vidas gracias a los recursos vitales, económicos y de seguridad personal que toman de nosotros, sus parientes, sus parejas, sus víctimas.
El síndrome del vampiro es un bien documentado estudio sobre un fenómeno hasta ahora poco comprendido y menos bien tratado. Por medio de la interpretación de los mitos y leyendas, su comparación con situaciones reales y un estricto análisis del transtorno de la personalidad de pendiente y del transtorno histriónico de la personalidad, Héctor Grijalva expone de manera clara las características y el tratamiento de un síndrome que se presenta cada vez con mayor frecuencia en nuestra sociedad.