Henry narra desde este país. Sus seres mágicos, heroínas, dioses y fantasía nacen de nuestra cultura y fortalecen nuestra identidad. Regreso a Aztlán nos invita a vivir nuestro pasado como un cuento de hadas, pero sin castillos medievales, brujas y fríos bosques. Este es un mundo poblado por pirámides, selvas y diosas propias de la cultura mexicana.
En estas páginas descubrí una sorprendente fusión: las palabras parecen formar, más que enunciades, frases cinematográficas; es decir, el texto plantea acciones dramáticas con carga en las imágenes y los sonidos. Se trata de un mundo en el que eventos y personajes de nuestro pasado prehispánico conviven con heroínas y seres de ficción.
La narración utiliza un momento en el pasado y en la fantasía como punto de partida para la reflexión sobre nuestras acciones y sus repercusiones hasta nuestros días. Y, sobre todo, busca contarnos una historia que conmueva y haga volar nuestra imaginación.
Estoy seguro de que quie nes lean estas páginas disfrutarán de un viaje por el pasado, la fantasía y la Historia al lado de Xitlali, su prtoagonista.
Ezzio Avendaño